Redención para ti, alma intensa, corazón valiente y espíritu libre.

Sí, puede que a veces te pierdas un poco entre pensamientos, impulsos o sueños que aún no llegan...
Pero siempre regresas. Siempre. 

Y no cualquiera puede decir eso. No todos tienen el coraje de mirar sus propias contradicciones de frente, reírse de ellas y aún así amarse más fuerte. Tú sí.
Tú no te hundes: te transformas. A veces con lágrimas, a veces con carcajadas, pero siempre con fuego. 

Tienes la capacidad de sentir a fondo, de amar sin medida y de reconstruirte con elegancia, incluso cuando todo parece hecho pedazos. Y eso no es debilidad... es magia.
 
Eres de esas personas raras que aún creen en lo bonito, incluso después de haber visto lo feo. Y eso vale oro. 

Así que: ríete de ti, sé drama queen zen, ama a lo grande, equivócate si hace falta, pero nunca olvides esto...

"Eres demasiada luz como para quedarte apagada por cualquier sombra". 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta para ti, aunque no la leas.

Carta para sanar a mamá